Cada vino podemos decir que tiene su propia historia. Allá por el año 200 A.C. ya tenían un gran conocimiento los romanos del cultivo de la vid y por lo tanto en la elaboración del vino. Era símbolo de riqueza y lujo. En torno a la elaboración del vino se desarrolla una actividad laboral que a día de hoy es muy preciada y llega a cualquier parte del mundo. España, Italia, Grecia… son países de gran tradición vinícola. Los caldos elaborados son preciados por gran parte de la población.

A principios del siglo XIX llegó a Europa una plaga de pulgón, que se alimenta de las raíces tiernas de las vides conocida como filoxera, que hizo que desapareciera gran cantidad de productores franceses y algunos de ellos se establecieran en La Rioja, aplicando las técnicas vinícolas de la zona de Borgoña y Burdeos. Nuestros vinos de La Rioja, representan en gran parte el esfuerzo llevado a cabo por agricultores y enólogos para mostrarnos y ofrecernos estos productos que miman nuestro paladar y nos hacen ser más felices cada día.

Estas técnicas heredadas de los productores de vino franceses y los añadidos del padre roble y la madre cepa hacen de los vinos de Rioja una bebida de sofisticado sabor y aroma, a mayores de una gran aptitud para el envejecimiento, siempre y cuando haya sido criado con el mimo y cariño de nuestros vinicultores. Se trata de un vino excepcional, que pasa por exhaustivos controles con la finalidad de ofrecer el mejor producto posible. Destacan el Hacienda Grimón, que reúne todas las cualidades a esperar de nuestros Rioja, o la alternativa del tradicional Altún, madurado en barrica de roble 50% americano/francés. Ambos vinos, fruto de la elaboración artesanal y cuidadosa transmitida a través de la historia.